Reseña

Infoling 5.4 (2025)

Reseña - Sección dirigida por Yvette BürkiInfoling 5.4 (2025)

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Ítalo Muñoz Rico (Universidad del Valle). Reseña de Perez Danae; Sippola, Eeva. 2021. Postcolonial Language Varieties in the Americas. Berlín: De Gruyter.

1. Introducción

La idea de postcolonialismo es entendida como la etapa siguiente al fin de un dominio colonial de un estado, nación o reino, por lo general europeo, sobre otro territorio (Maldonado-Torres 2007). No obstante, esta idea es compleja pues en la mayor parte de esas antiguas colonias, el dominio no terminó con los procesos de independencia. Según las posturas decoloniales, quedaron diferentes tipos de colonialidades de las cuales las más sobresalientes son: la colonialidad del poder, la colonialidad del saber y la colonialidad del ser (Rodríguez Reyes 2016). La primera consiste en la división de la sociedad en razas y en la creación, a su vez, de una jerarquización que ubica a las personas “blancas” en la cúspide y, por consiguiente, les otorga el dominio –nuevamente– sobre las otras (Quijano 1992). La colonialidad del saber, por su parte, establece una clasificación en la que los saberes y los conocimientos que no provienen o que no se acoplan al logocentrismo occidental se convierten en conocimientos o saberes subalternos (Borsani & Ñamku 2017). Finalmente, la colonialidad del ser cuestiona la inferiorización o deshumanización que se le aplica a ciertas comunidades al no parecer acopladas al “sistema moderno/colonial” (Restrepo & Rojas 2010). Por lo general, en el continente americano, estas comunidades corresponden principalmente a los pueblos originarios y a las comunidades afrodescendientes.

En el libro Postcolonial Language Varieties in the Americas, por su parte, se refieren a lo postcolonial, desde una perspectiva lingüística descriptiva y comparativa, que analiza, en general, diferentes fenómenos que se produjeron después de la llegada de los europeos –ingleses, españoles, portugueses, franceses– al continente americano. Entre otros casos, se presenta la influencia directa o indirecta del francés en lenguas de comunidades originarias de Canadá; la influencia del español en este tipo de lenguas en Mesoamérica; el rol del portugués en las comunidades afrodescendientes de Brasil; e, incluso, el impacto de la presencia del inglés en las “actitudes sociolingüísticas” de los habitantes de algunos territorios del Caribe. No obstante, algunos autores –como las editoras mismas– reconocen las consecuencias negativas de la llegada e imposición de las lenguas europeas en cuestión en las lenguas originarias del continente.

Postcolonial Language Varieties in the Americas es un libro editado por Danae Maria Perez y Eeva Sippola, profesoras investigadoras de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich (Suiza) y la Universidad de Helsinki (Finlandia), respectivamente, y publicado por la reconocida editorial alemana De Gruyter en 2021. Está redactado en inglés. Se deriva de dos coloquios realizados en la Universidad de Bremen (Alemania) que abordaron el tema de las “nuevas variedades [¿lingüísticas?] en las Américas” y de las “transformaciones de las lenguas [¿del continente americano?] debido al contacto con el español”. Este libro contiene un prefacio; un capítulo inicial –que cumple la función de introducción– y ocho capítulos más que recogen una serie de investigaciones realizadas en el continente americano, desde Canadá hasta el sur de Argentina, pasando por Mesoamérica. Las y los autores están adscritos, respectivamente, a las universidades de Bremen (Alemania), de Uppsala (Suecia), de Groninga (Países Bajos), de Zúrich (Suiza), de Aarhus (Dinamarca), de Cardiff (Gales), y a la Universidad Europea Viadrina de Frankfurt (Alemania). Al final, el libro cuenta también con índices detallados de autores, de lenguas y de temas.

En la introducción, Danae Maria Perez y Eeva Sippola presentan la temática general de su libro –en español, “Variedades Lingüísticas Postcoloniales en el Continente Americano”–, y, de manera crítica, el origen de estas variedades: “la expansión y explotación colonial europea de los territorios y de los hablantes”. Esta crítica se asemeja a la desarrollada por el “giro decolonial” (Castro-Gómez, S., y Grosfoguel, R. 2007). Aunque no especifican esto, citan a uno de sus principales referentes, el sociólogo peruano, Aníbal Quijano. Luego, apoyadas en los capítulos del libro, las autoras se refieren a la vitalidad –o falta de ella– de diferentes lenguas y variedades habladas en el continente americano, y a cómo se pueden producir cambios en estas lenguas y variedades no solamente por la llegada de comunidades, sino por el movimiento de sus hablantes hacia otros territorios, también. Finalmente, antes de describir de forma general el contenido de los diferentes capítulos, Perez y Sippola hablan de la importancia de tener cuidado con las metodologías de investigación que se aplican en el trabajo con las variedades y hablantes del continente americano debido a la “larga historia de estigmatización y marginalización” sufrida. Señalan que, por esta razón, en “muchos” de los capítulos de su libro Postcolonial Language Varieties in the Americas “resaltan la importancia de presentar descripciones con información etnográfica y la importancia de la cooperación entre el lingüista y los miembros de la comunidad” (pp. 9-10). No obstante, esto último, en particular, se refleja muy poco en la mayor parte de capítulos, como detallaremos más adelante.

A continuación, presentamos una revisión de los capítulos principales del libro, agrupados de la siguiente manera: El español y las lenguas originarias de Mesoamérica; Variedades del español, del portugués y del galés, en contacto con otras variedades y lenguas; Percepciones y actitudes: las lenguas criollas vs. otras lenguas; y El caso del michif.

2. El español y las lenguas originarias de Mesoamérica

En este punto podemos hablar del segundo y tercer capítulo del libro Postcolonial Language Varieties in the Americas: “Pero – Champion of Hispanization? On the challenges of documenting function word borrowing in Mesoamerican languages”, y “A Mesoamerican perspective on contact-induced change in numeral classification”. En ambos capítulos, los autores muestran casos concretos de formas lingüísticas que diferentes lenguas mesoamericanas han terminado adoptando y adaptando por la influencia del español.

El primero de estos capítulos fue realizado por Thomas Stolz, Deborah Arbes y Christel Stolz, lingüistas de la Universidad de Bremen, Alemania, y presenta un análisis exploratorio y cuantitativo relacionado con el préstamo –o no– del conector de oposición español “pero” por parte de lenguas indígenas mesoamericanas, principalmente. Esto se hace a partir del Archivo de Lenguas Indígenas de México (ALIM), para lo que tiene que ver con el uso oral de las lenguas, y de la traducción del libro El Principito de Antoine de Saint-Exupéry a algunas de estas lenguas y a otras lenguas de Filipinas y Suramérica, lugares en donde también se habla español. Stolz et al. justifican su investigación afirmando que se han identificado en muchos casos el uso de “pero” en diferentes lenguas indígenas, en un fenómeno reconocido como “hispanización”; sin embargo, esto no ha sido analizado en el marco de una “investigación de contacto de lenguas” y bajo una “perspectiva lingüística”.

Después de comparar oraciones en 32 lenguas mesoamericanas, descritas en el ALIM, los autores hallaron que en 19 ellas hay evidencias del uso del conector español “pero”. En las otras 13 lenguas, sea se utiliza una palabra propia para expresar la idea que esta palabra representa –la oposición– o sea no se utiliza ningún elemento lingüístico para expresarla. Esta situación se asemeja a lo que sucede con el namtrik/namuy wam, lengua hablada por el pueblo indígena Misak del suroccidente colombiano (González Castaño 2012), y con el nasa yuwe, lengua propia del pueblo indígena Nasa (Díaz-Sánchez, 2024). En la primera, se toma prestada la palabra “pero”. Sin embargo, en nasa yuwe, se utiliza una palabra propia: “napa”. Esta palabra se parece además a la palabra “nahpé”, presentada por Stolz et al. en su capítulo, como correspondiente al Guarijío, lengua indígena mexicana. En cuanto a lo que tiene que ver con las traducciones de El Principito, los autores señalan, primero que todo, que era el único libro traducido a lenguas indígenas, aparte de La Biblia, que les podía servir para sus propósitos. Precisan también, que, de las traducciones encontradas, solamente una correspondía a una de las lenguas descritas en el archivo ALIM: el yucateco. Sus hallazgos, en este sentido, muestran que el conector “pero” aparece solamente en la traducción de 4 entre 14 lenguas indígenas. Además, de esas cuatro, 2 pertenecen a pueblos originarios de Filipinas. Para Stolz et al., la razón de esto puede estar en un interés de los traductores en “purificar” las lenguas, reduciendo el uso de hispanismos.       

De lo presentado por Thomas Stolz, Deborah Arbes y Christel Stolz en su capítulo Pero – Champion of Hispanization? On the challenges of documenting function word borrowing in Mesoamerican languages” podemos cuestionar cosas como la no presentación de resultados en el resumen; el muy corto desarrollo del análisis de lo observado en las traducciones de El Principito –dos páginas de treinta y siete–; o el uso de la expresión “replica language” (‘lengua réplica’) para referirse a las lenguas indígenas que toman la palabra “pero”. También, en algunos pasajes, la redacción del capítulo parece sugerir una especie de “deuda” de las lenguas indígenas con el español por el aporte de la palabra “pero”. No obstante, hay que decir que tanto lo teórico como los hallazgos son presentados con neutralidad y rigor.

El segundo capítulo que analizamos en esta parte –“A Mesoamerican perspective on contact-induced change in numeral classification”–, da cuenta de un estudio realizado por Maja Robbers, de la Universidad de Uppsala, Suecia. La investigación se basa en estudios de caso con personas pertenecientes a diferentes pueblos indígenas de Mesoamérica. De forma general, se puede decir que la autora analiza en qué medida el sistema numeral –clasificatorio– de algunas lenguas de este territorio se vio alterado por la influencia del español y su sistema cardinal decimal. La autora expone inicialmente ejemplos del funcionamiento de los “clasificadores numerales” (numeral classifiers) en la lengua filomeno mata totonac que es hablada en Filomeno Mata (Veracruz, México). Luego, presenta también la forma de hablar de las medidas en esta y otras lenguas.

En la parte principal del capítulo, Maja Robbers presenta concretamente lo relacionado con los cambios provocados por el contacto con el español en el sistema lingüístico clasificatorio de las lenguas mesoamericanas filomeno mata totonac, huehuetla tepehua, kuna y yucateco. Sobre la primera lengua, la investigadora señala que, actualmente, se caracteriza de forma general por la “sobregeneralización” y la “simplificación” de sus clasificadores numerales. En cuanto al Huehuetla Tepehua –lengua hablada en los estados de Puebla y Veracruz (México)–, utiliza “clasificadores numerales” solamente en combinación con números propios de su lengua, que van hasta cinco. En los otros casos, se utilizan números del español. Con relación a la tercera lengua analizada –kuna (este de Panamá y noroeste de Colombia)–, Robbers indica que los préstamos del español entran en su sistema clasificatorio, pero con dos funciones: 1. como indicador de sustantivo y 2. como marcador de posición de los clasificadores numerales. Finalmente, en lo que tiene que ver con el yucateco o maya yucateco, lengua hablada en la península de Yucatán (México), en Guatemala y en Bélice, se precisa que la numeración del español no aparece en las frases de cuantificación con clasificadores numerales propios. Sin embargo, puede aparecer, de forma separada, a la izquierda, como algo adicional.

Vale la pena señalar que el capítulo “A Mesoamerican perspective on contact-induced change in numeral classification” refleja algunos vacíos en la presentación de ciertos aspectos metodológicos. Por ejemplo, no se dan detalles sobre un experimento realizado con la lengua filomeno mata totonac y su manejo de números superiores a veinte. También, como lo señalamos arriba, la investigación se basa en estudios de caso –personas pertenecientes a diferentes pueblos indígenas–; no obstante, en las primeras partes del capítulo, se habla de estas personas sin dar detalles sobre ellas. Esto no impide resaltar que este capítulo refleja un trabajo exhaustivo en lo que tiene que ver con el contacto de lenguas abordado. En sus conclusiones, Maja Robbers llega a unos interrogantes interesantes también: ¿en qué medida el “reemplazo de un sistema numeral indígena” puede ser considerado como un factor que ponga en riesgo la lengua? ¿En qué medida esto afecta solamente dicho sistema numeral convirtiéndolo en un “subsistema autosuficiente”?

3. Variedades del español, del portugués y del galés, en contacto con otras variedades y lenguas

Ante todo, hay que precisar que nos referimos aquí a “variedades (lingüísticas)”, como un concepto diferente de “variaciones”, de la misma manera en que lo entiende Peris (2001) quien hace alusión a esto último como el “fenómeno” general, mientras que lo primero tiene que ver con las lenguas concretamente, vistas como “una realidad cambiante y variable” (Peris 2001: 103). Creemos que se pueden agrupar aquí los capítulos “Social conditioning for the transmission of adstrate features in contact varieties of Spanish in the Central Andes”; “The Afro-Brazilian community Kalunga: Linguistic and sociohistorical perspectives”; y “Hispanicization in the Welsh settlement of Chubut Province, Argentina: Some current linguistic developments”. Todos tienen que ver con variedades de lenguas europeas que son habladas por comunidades rodeadas por grupos lingüísticos mayoritarios.       

El primero de estos capítulos es presentado por Danae Maria Perez de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich (Suiza). Se interesa principalmente en las variedades de español habladas en el altiplano boliviano, denominado por la autora BHS (del inglés Bolivian Highland Spanish), y en una pequeña comunidad de Bolivia de la región denominada como Los Yungas. Esta comunidad es de origen africano por lo que Perez llama a su variedad “español afroyungueño” (AYS, del inglés Afro-Yungueño Spanish). En las primeras partes del capítulo, se presenta una caracterización histórica y lingüística del quechua y del aimara; se subraya la influencia de estas lenguas indígenas, llamadas “adstrate languages”, en el BHS, en cuanto a lo léxico, lo fonológico, y, sobre todo, lo morfosintáctico. La autora señala que en esta variedad de español se pueden notar principalmente aspectos gramaticales y sintácticos propios del quechua y del aimara, tales como la “expresión gramaticalizada de evidencialidad”, la presencia de dobles posesivos en una frase, e incluso, en algunos casos, la estructura (S)OV. De acuerdo con la autora, esto es el resultado de un contacto de lenguas de varios siglos.

Posteriormente, el capítulo Social conditioning for the transmission of adstrate features in contact varieties of Spanish in the Central Andes” detalla la influencia del aimara –o una variedad de esta lengua– en el español afroyungueño, en particular, en lo que tiene que ver con el léxico. La autora muestra también algunas especificidades de esta variedad en cuanto a lo morfosintáctico y, luego, las diferencias en este sentido, en comparación con el español boliviano del altiplano y el aimara. La autora llama la atención sobre el hecho que el AYS parece tener muy poca influencia lingüística de estas lenguas. Esto puede deberse, según ella, a que la variedad de aimara con la que la comunidad afroyungueña entró probablemente en contacto usaba ya esta lengua como una segunda lengua. También, esto refleja que hubo una distancia o un aislamiento social que generó resistencia por parte de esta comunidad ante la comunidad lingüística aimara que los rodeaba y que era mayoritaria. La autora termina su capítulo señalando que la particularidad lingüística que parece más sobresaliente en las variedades de español del área geográfica explorada parece ser la evidencialidad1 pues aparece de alguna manera hasta en el español afroyungueño. 

Se puede decir que el capítulo escrito por Danae Perez ayuda a visibilizar a nivel intercontinental dos lenguas indígenas muy reconocidas en Suramérica: el quechua y el aimara. De la misma manera, visibiliza un sector de Bolivia que posee una diversidad lingüística y cultural interesante, como lo es el del altiplano y el afroyungueño. En cuanto a la metodología empleada por la investigadora, es importante señalar que la recolección y el análisis de los datos se hizo, de acuerdo con lo que expone la autora, con participación de la comunidad. Por otro lado, se pueden observar ciertas inconsistencias también. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con lo que se anuncia en el resumen del capítulo y en la introducción sobre el desarrollo del capítulo, se ve que el primero sugiere un énfasis en el español afroyungueño, mientras que la introducción reconoce un énfasis también en el español del altiplano boliviano. En un sentido parecido, en la cuarta parte del capítulo –presentación de hallazgos–, los diferentes títulos sugieren un análisis exclusivamente de la influencia del aimara en el español afroyungueño, lo cual no es desarrollado propiamente de esta manera.

El segundo capítulo que presentamos en esta parte tiene como título “The Afro-Brazilian community Kalunga: Linguistic and sociohistorical perspectives”, y fue realizado por Ana Paulla Braga Mattos de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). Se enfoca en la descripción de algunas características lingüísticas actuales en una variedad de portugués de una comunidad afrobrasilera2 del estado de Goias (Brasil), llamada Kalunga. El capítulo está dividido en 7 partes –incluidas la introducción y las conclusiones–, en los que se presentan, de forma muy general, la situación de las variedades del portugués brasilero; el contexto sociohistórico de la comunidad Kalunga; la metodología seguida en el estudio, en particular, para lo que tiene que ver con las entrevistas; una parte relacionada con la situación sociolingüística de la comunidad kalunga –en la que se pone el énfasis en la situación social actual y en las percepciones internas y externas sobre su portugués, que está muy estigmatizado y considerado como un “mal portugués”–. Al final, antes de las conclusiones, la autora presenta algunas especificidades fonológicas y morfosintácticas identificadas por ella en el portugués malunga y las compara con el portugués estándar. También se tienen en cuenta aspectos generales de las variedades del portugués brasilero. 

En la parte relacionada con los análisis morfosintácticos, que es más extensa que la parte fonológica, se tienen en cuenta aspectos como las particularidades del portugués kalunga en lo relacionado con las concordancias verbales –falta de indicador de sufijo en la primera persona del singular, en algunos casos–; la falta casi general de indicador de 3a persona del plural en el verbo; la negación, con sus tres posibilidades en esta lengua; la posesión, con su doble representación en primera persona del singular, por ejemplo; las preposiciones, que no son usadas en casos en los que el portugués brasilero estándar sí las usa; etc. Ana Paulla Braga Mattos concluye que el portugués de Kalunga comparte características lingüísticas y sociohistóricas con otras variedades del portugués afrobrasilero. Comparten también el hecho de ser lenguas marginadas a nivel lingüístico y social en Brasil por el predominio de las “variedades del portugués brasilero estándar” (Braga Mattos, 2021: 231).    

El capítulo titulado “The Afro-Brazilian community Kalunga: Linguistic and sociohistorical perspectives” revela un estudio que se puede decir que se enfoca, así como el anterior, en visibilizar la situación social y lingüística de una comunidad inmersa en un contexto en donde se encuentran otros grupos dominantes, y que, además, guarda rasgos de su origen africano. Con su trabajo, la autora aspira a darle un lugar al portugués malunga dentro del “continuum dialectal de las variedades de portugués brasilero” y hace una propuesta, para ella, inédita. No obstante, esto no es desarrollado más allá de un gráfico presentado en las conclusiones.

El último capítulo reseñado en esta parte, “Hispanicization in the Welsh settlement of Chubut Province, Argentina: Some current linguistic developments”, es de autoría de Iwan Wyn Rees de la Universidad de Cardiff, Gales. Dentro de este libro dedicado a analizar las variedades lingüísticas “postcoloniales” del continente americano con base en el contacto de lenguas –o variedades–, este capítulo es quizás el más peculiar. A diferencia de los otros, no tiene que ver con el resultado del contacto entre lenguas o variedades lingüísticas de comunidades originarias y afrodescendientes con lenguas o variedades lingüísticas europeas, sino, por un lado, con el contacto entre las variedades del galés –lengua europea– de Argentina de acuerdo a los diferentes tipos de hablantes, y, por el otro, con la influencia de otras lenguas europeas como el español y el inglés, en ella.

Más concretamente, en una primera parte, se presentan el problema y la justificación de la investigación, que, según el autor, es la falta de estudios lingüísticos sobre el galés de la provincia de Chubut (Argentina) y sus diferencias con relación al galés del Reino Unido, debido al contacto con el español. Se presentan también y, brevemente, algunos “conceptos clave” para el estudio: el contacto de lenguas, la convergencia estructural, el cambio inducido por contacto, la interlengua, la fosilización, la interferencia y la transferencia; estos dos últimos conceptos son particularmente tenidos en cuenta. Iwan Wyn Rees también presenta algunos antecedentes relacionados con las variaciones fonológicas en el galés de Chubut según la edad, y hace un recorrido histórico relacionado con el asentamiento de la comunidad galesa en la provincia en cuestión, poniendo un énfasis particular en lo que tiene que ver con los cambios en la vitalidad de la lengua.

El estudio como tal, consistió en el análisis de once variables fonológicas relacionadas con: cambios en la pronunciación de consonantes; desaparición de una consonante y una vocal; y la substitución de un fonema consonántico. Para cada caso, Rees hace la comparación entre el galés y el español. Señala que esto es importante para defender la hipótesis de que es el contacto lingüístico lo que puede generar los cambios en variables como las analizadas, más que fenómenos internos. En los resultados, el capítulo muestra igualmente en qué medida suceden los cambios de las variables en cuestión en los grupos poblacionales estudiados: hablantes nativos, “estudiantes de herencia” (heritage learners), y en estudiantes del galés como L2. Finalmente, se presenta brevemente una parte relacionada con préstamos del español y del inglés adoptados en el galés de Chubut (Argentina), y en qué medida algunos de los grupos de personas estudiados los adoptan o no. Rees señala que identificó tres situaciones en su estudio: 1. los tres grupos compartían cuatro de las variables fonológicas analizadas debido a “transferencias” y “convergencias de estructuras fonológicas”; 2. hay diferencias principalmente entre los hablantes de galés como segunda lengua y los otros dos grupos; y 3. entre los hablantes nativos de galés de la provincia de Chubut también hay diferencias lingüísticas.

Para Iwan Wyn Rees, el estudio presentado en el capítulo “Hispanicization in the Welsh settlement of Chubut Province, Argentina: Some current linguistic developments” es inédito u original, entre otras cosas, porque analiza por primera vez el galés de Chubut bajo una perspectiva de contacto de lenguas; porque permite entender las “repercusiones de la revitalización” de esta lengua en el contexto observado; y porque ayuda a entender las diferencias entre varios grupos de hablantes. Asimismo, indica que su estudio puede ser útil a nivel pedagógico en la enseñanza del galés. Por otro lado, hay que señalar que el autor presenta brevemente una parte relacionada con préstamos del español y del inglés adoptados en el galés de Chubut que no fue anunciada en las primeras partes del capítulo. En cuanto a lo metodológico, se menciona –brevemente, también– que, para la recolección de los datos, se realizaron entrevistas a 35 personas de diferentes edades, encontradas con la técnica de “amigo de un amigo”. Sin embargo, no se explica cómo se analizaron los datos recolectados.

4. Percepciones y actitudes: las lenguas criollas vs. otras lenguas

En este cuarto punto de la reseña, agrupamos los capítulos 8 y 9 del libro Postcolonial Language Varieties in the Americas. Estos tienen los títulos de “Complex patterns of variety perception in the Eastern Caribbean New insights from St. Kitts” y “The contested role of colonial language ideologies in multilingual Belize”. En estos capítulos, se presentan resultados de investigaciones que describen la situación sociolingüística y las actitudes lingüísticas de los habitantes de estados tales como San Cristóbal y Nieves, y Bélice, en los que se hablan lenguas criollas que están en contacto, como suele suceder, con lenguas europeas dominantes, en particular, con el inglés. Es importante señalar, a partir de García León (2014) que, si bien las lenguas criollas –o criollos– toman por lo general su léxico de lenguas como el inglés, francés o español, no se pueden considerar como dialectos de estas lenguas. La mayoría de estas lenguas toman también “rasgos gramaticales” de lenguas africanas y tienen otras particularidades propias: “primero, una sencillez en los medios expresivos, sobre todo a nivel fonológico, pues se prefieren esquemas silábicos sencillos. Segundo, estas lenguas tienden a la separación de los conceptos gramaticales en palabras o partículas independientes, hecho denominado organización analítica” (García León 2014: 57).  

El primero de esto capítulos fue redactado por Danae Maria Perez, una de las editoras del libro, y Mirjam Schmalz, investigadoras de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich y del departamento de inglés de la Universidad de Zúrich, respectivamente. Contiene una introducción, en la que se presenta el contexto general del estudio –diversidad lingüística de San Cristóbal y Nieves–; algo de su base teórica –“actitudes lingüísticas”–; el objetivo general –“ver en qué medida San Cristóbal y Nieves es similar a otras sociedades del Caribe en donde una lengua criolla y una variedad cercana a la estándar coexisten en una situación de diglosia y cuáles son los roles de las dos variedades” (Perez 2021: 271)–; la metodología para la recolección de los datos –grabaciones de “discursos provocados” en las variedades lingüísticas de la isla, y entrevistas y experimentos para identificar las percepciones y las actitudes lingüísticas de los hablantes–; y un antecedente de otra isla del Caribe –Trinidad y Tobago. También, se presenta el contenido de las otras partes del capítulo.

En la segunda parte, Perez y Schmalz describen la ubicación de San Cristóbal y Nieves y presentan un resumen de su historia. En la parte tres, se resaltan algunas “características tipológicas” de las variedades lingüísticas de San Cristóbal con el fin de notar las relaciones que tienen con otras variedades cercanas en el Caribe y de ver su “distancia tipológica” con relación al inglés estándar. Se señala que existe una situación de diglosia por el uso de un “inglés sancristobaleño” –no muy lejano del inglés estándar– y una lengua criolla sancristobaleña. En la cuarta parte del capítulo, las autoras se concentran en las percepciones y actitudes de las personas de la isla con relación al inglés sancristobaleño, al inglés jamaiquino, y a las variedades de inglés británico y estadounidense. Con la aplicación de las diferentes técnicas de recolección de datos escogidas, identificaron una preferencia hacia el inglés británico y el inglés estadounidense en diferente nivel según la “ubicación y los vínculos políticos y económicos” de las personas (Perez & Schmalz, 2021: 283). También, registraron el paso de una mirada estigmatizadora de las lenguas criollas hacia una mirada más neutra, en los habitantes de la isla. 

En las conclusiones, este capítulo señala cómo la situación lingüística en San Cristóbal y Nieves es similar a la de otras islas del Caribe; cómo coexisten, lo que llaman, dos “variedades” del inglés: el “inglés sancristobaleño” y la “lengua criolla sancristobaleña”; cómo estas dos “variedades” tienen características que las diferencian del inglés estándar y de otras variedades de la región; cómo el inglés de San Cristóbal se asemeja al inglés británico estándar pero tiene rasgos fonológicos y léxicos que lo diferencian de las variedades de este inglés; y cómo la lengua criolla de San Cristóbal y Nieves presenta estructuras diferentes a las del inglés estándar. Se señala, igualmente, cómo los habitantes de esta isla califican mejor las otras variedades caribeñas que las propias; cómo el inglés estándar es considerado como un “buen inglés”; pero, también, cómo las percepciones y actitudes de los sancristobaleños están reflejando un cambio en la mirada de las “variedades locales y regionales” viéndolas ahora de una forma más positiva.  

Complex patterns of variety perception in the Eastern Caribbean New insights from St. Kitts” es un capítulo en el que las informaciones son presentadas de manera muy organizada y coherente. Así como otros de los capítulos de este libro, visibiliza un territorio pequeño, en este caso, del Caribe, que a pesar de ser reconocido como un país (ONU s.f.), es muy poco conocido en países como Colombia. No obstante, aunque un tema central en el capítulo es el de la lengua criolla, este no fue desarrollado con suficiente exhaustividad en el marco teórico. Se presenta una definición corta que además parece reducir una lengua de este tipo a una variedad particularmente del inglés:

The definition of a “creole” can here be seen as an English-lexified language that is typologically distant from Standard English, so as to justify its description as a language of its own (Perez & Schmalz 2021: 273)3.

Esta carencia parece generar confusión o ambigüedad en la descripción de la situación sociolingüística de San Cristóbal y Nieves pues, a menudo, las autoras parecen referirse a esta lengua como una variedad del inglés.

El segundo capítulo que presentamos aquí y que tiene que ver también con las actitudes lingüísticas de los habitantes de un país caribeño –“The contested role of colonial language ideologies in multilingual Belize”– fue escrito por Britta Schneider de la Universidad Europea Viadrina de Frankfurt, Alemania. Se deriva de un estudio, realizado por la autora en Bélice (Centroamérica), país en el que convergen diferentes lenguas y variedades, a saber, una lengua criolla, el español, el inglés y variedades de esta lengua. La intención de la investigadora era mostrar la complejidad de las relaciones entre las lenguas en una ciudad de este país y relacionar esto con los planteamientos de los defensores de la lengua propia que promueven el uso y la formalización de su lengua criolla. Su hipótesis plantea que el

[…] postcolonial activism may reproduce colonial knowledge about languages, which constructs languages as entities that are unambiguously tied to an ethnic/national group (Schneider 2021: 292)4.

En el punto concerniente al marco teórico, la autora presenta brevemente qué es una “ideología lingüística” y los cuestionamientos de la sociolingüística y la antropología lingüística a la definición de lengua como “entidades separables” y representativas de una “etnia/nación”. También, expone, muy brevemente, qué se entiende por lengua criolla y muestra el estatus de este tipo de lenguas en la actualidad. Luego, Britta Schneider (2021) presenta un poco de la historia de Bélice y de su situación sociolingüística, en la que, por temas de la colonización, están presentes en diferentes medidas el inglés y el español. No obstante, se señala que para los beliceños es la lengua criolla de este país la que es considerada como “indicadora de su identidad”. En cuanto a lo metodológico, Britta Schneider describe de manera clara, entre otras cosas, las técnicas de recolección de datos que empleó: observación participante (física y virtual), entrevistas, revisión documental.

En cuanto a sus hallazgos, la autora logró reconocer cómo variedades que parecen más cercanas a la lengua criolla que al inglés, pueden ser consideradas como un “inglés correcto” por los hablantes en Bélice –idea que, según ella, parece oponerse a la categorización europea de una sola variedad “estándar” para una lengua. En cuanto al inglés, esta lengua es considerada como una “forma elevada y correcta de lengua”, y, también, como una “norma exógena”, lo que para Schneider se debe a patrones coloniales.  Con relación al español, esta es la lengua con más hablantes nativos en Bélice; sin embargo, el desempeño en ella por parte de los niños de las escuelas es “pobre”, y se piensa que “el inglés es mejor”. El término “español” es incluso utilizado de forma despectiva, según la investigadora. Agrega que estas “actitudes negativas” se derivan de los conflictos fronterizos con Guatemala –país hispanohablante–; de los conflictos del pasado entre británicos y españoles; de la asociación del español a una “clase inferior”; y del “dominio de la lengua criolla en la élite política de la historia de Bélice”.  Sobre la lengua criolla del país, la autora halló que para los habitantes de la localidad estudiada, esta es la lengua que puede ser considerada como la lengua propia de Bélice por o a pesar de su uso “informal”, oral y cotidiano. Esta es la principal lengua de comunicación y, en medio de toda la diversidad lingüística, se ve que no es considerada como algo “negativo” por la “élite económica” de la comunidad estudiada5.

En el punto de discusión de su capítulo, Britta Schneider resalta que la noción colonial que ve las lenguas como categorías distintas y las asocia a grupos étnicos es deconstruida en las prácticas cotidianas de Bélice. En este país, se concibe el inglés como una lengua prestigiosa, “pero extranjera”; su lengua criolla, como la “lengua beliceña”; y el español, como un “código amenazador, extranjero y de clase baja” (Schneider 2021: 310). Por otro lado, para la autora, el trabajo de los activistas del kriol, que busca formalizar y darle un carácter escrito a esta lengua, se opone al uso informal que tiene y genera conflicto con el español, lengua que a pesar de ser muy usada es estigmatizada. Ella plantea, igualmente, que, por la situación actual de contradicciones ideológicas en cuanto a las lenguas presentes en Bélice, no parece probable que su lengua criolla pueda cumplir con todas las funciones de una lengua nacional. Schneider concluye que “colonial language ideologies of fixed normative languages of power continue to work, but live in partly paradoxical multiplex networks of interacting ideologies” (Schneider 2021: 312)6.

En fin, el capítulo “The contested role of colonial language ideologies in multilingual Belize” comparte con el capítulo anterior el hecho que no desarrolla con suficiencia el concepto de lengua criolla, a pesar de ser algo clave en su texto. Schneider da solamente una pequeña definición, a partir de diferentes autores, que la cataloga como una lengua desarrollada por el contacto entre africanos y europeos. Esta es de todos modos una definición acertada –y a lo largo del capítulo, y a diferencia del anterior, no se detectan ambigüedades o confusiones con la idea de “variedad lingüística”. De la misma manera, se le puede cuestionar que no se presenta en el resumen una descripción concreta de lo que será abordado en el capítulo. Se presenta más bien una contextualización que parece reflejar en gran medida la opinión de la autora. No obstante, en Britta Schneider se refleja una consciencia sobre diferentes aspectos que no se encuentra en ningún otro capítulo del libro reseñado aquí –Postcolonial Language Varieties in the Americas. Por un lado, reconoce su ser en el trabajo investigativo hecho. Es consciente de las implicaciones de su estatus académico (investigadora universitaria), su edad (30s), su color de piel (blanco), y su inglés, en el contacto con los habitantes del pueblo en el que hizo el estudio. Por otro lado, el capítulo revela una investigadora muy comprometida con su postura político-lingüística, postura en la que es consciente del poder colonial que aún tienen lenguas como el inglés en territorios, poblaciones y lenguas subyugadas y minorizadas históricamente.

5. El caso del michif

En este punto, nos referimos al cuarto capítulo del libro, que tiene como título: “Secondary derivation in the Michif verb: Beyond the traditional Algonquian template”. Se deriva de una investigación realizada por su autora, Maria Mazzoli, investigadora de la Universidad de Groninga (Países Bajos). A diferencia de todos los otros capítulos, en éste, el carácter postcolonial del michif –lengua canadiense– o el contacto con otras lenguas o variedades, no hacen parte de los análisis principales. Se menciona en algunas partes del capítulo, las raíces de esta lengua en las lenguas algonquinas –familia lingüística de pueblos originarios del noreste del continente americano (Castro & Éthier 2022). Sin embargo, el énfasis de la autora está claramente en los análisis morfosintácticos del verbo en el michif o en la variedad estudiada de esta lengua.        

Más concretamente, el estudio está centrado en el análisis de las derivaciones secundarias en una de las variedades del michif, lengua hablada por el pueblo indígena métis de Canadá, y que, en todo lo verbal –incluso, con sus adverbios y pronombres personales–, proviene del cree de las llanuras; mientras que en todo lo relacionado con el sustantivo –incluso, con adjetivos y artículos– proviene del francés. El cree de las llanuras es la lengua del pueblo indígena canadiense algonquino Cree (MacMillan 1993). Maria Mazzoli señala que el michif es una “lengua mezclada sustantivo-verbo” –“Noun-Verb mixed language”– que fue considerada muy excepcional hasta el hallazgo de otras lenguas del mismo tipo. Estas lenguas pueden mezclar lexemas de una lengua con elementos gramaticales de otra. La autora precisa que, por su “complejidad morfosintáctica”, el michif ha sido catalogado como una lengua algonquina. También, informa que es una lengua que, en todas sus variedades, está en riesgo de desaparecer, y que, en la variedad estudiada, quedan solamente entre 100 y 150 hablantes, ya que los niños no la están aprendiendo. Mazzoli explica que esto es generado por las políticas lingüísticas coloniales y postcoloniales que han impuesto el francés y el inglés, principalmente, en los territorios y que tuvieron su “más violenta expresión” en internados –instituciones religiosas patrocinadas por el estado– que tenían la misión de sumergir a los niños indígenas en la “cultura euro-canadiense”.

Por otro lado, la autora del capítulo propone una plantilla para analizar la estructura morfosintáctica del verbo en michif, en concordancia, según ella, con la tradición de hacer esto con las lenguas algonquinas. Esta plantilla permite catalogar doce posibles componentes del verbo en michif desde el pronombre personal hasta la “obviación”.  Se explica con detalle y a partir de ejemplos extraídos, principalmente, de la traducción a esta lengua del cuento La Cenicienta, las diferentes funciones de los elementos de “segunda derivación” del verbo. Previamente, también explica diferentes características morfológicas del verbo en lo que tiene que ver con su raíz y con la “primera derivación”. Asimismo, Mazzoli muestra cómo, a diferencia de lo que sucede en lenguas occidentales como el inglés y el francés, el michif cuenta con cinco voces gramaticales: activa, media, pasiva, reflexiva y recíproca, y cómo éstas son representadas por elementos de “segunda derivación” del verbo. En las lenguas europeas mencionadas, se habla solamente dos voces gramaticales, activa y pasiva. La autora termina su texto mostrando el orden general que toman los derivados secundarios en el verbo michif. 

Finalmente, podemos decir que el capítulo “Secondary derivation in the Michif verb: Beyond the traditional Algonquian template” refleja principalmente los resultados de una investigación en lingüística descriptiva, centrada en particular en lo morfosintáctico. No es muy relevante ni el contacto del michif con otras lenguas y variedades, ni el carácter de lengua “postcolonial”. Es cuestionable, igualmente, el hecho de que la autora habla de lenguas y/o comunidades canadienses no muy conocidas, ni siquiera en el resto del continente americano, sin una adecuada contextualización. Es el caso de la lengua michif misma, del cree de las llanuras (“Plains Cree”), del métis (Metis French), y, de forma más general, de la categoría de lenguas algonquinas. También, los anexos, aunque importantes, son muy extensos. A pesar de esto, se puede decir que el estudio presentado es muy importante para la lengua michif en dos sentidos: primero, aporta en su visibilización, y, segundo, constituye una manera de guardar registros, al menos morfosintácticos, de ella. Ambas cosas pueden ser útiles para la revitalización de esta lengua que, por la reducida cantidad de hablantes, está en riesgo de desaparecer. Es destacable, igualmente, la comprensión que refleja Maria Mazzoli, en las primeras partes del capítulo, sobre las consecuencias de la colonización y la colonialidad europea en los territorios indígenas canadienses.

6. Observación general

Todas las investigaciones presentadas en el libro Postcolonial Language Varieties in the Americas tienen que ver con lenguas y comunidades minorizadas o subyugadas. Con excepción de lo relacionado con el galés de Chubut (Argentina), estas comunidades son originarias del continente americano o descendientes de pueblos esclavizados. Como se muestra, en mayor o en menor medida, en los diferentes capítulos, las alteraciones o reconfiguraciones lingüísticas y sociales de estas comunidades provienen del colonialismo y las colonialidades (Maldonado-Torres 2007) generadas por la llegada de los ingleses, los franceses, los españoles y los portugueses al continente. En todo este sentido, el libro contribuye, desde la perspectiva del contacto de lenguas, en la visibilización de estos diferentes fenómenos, caracterizados por relaciones desiguales. Además, constituye un aporte significativo en el hecho de dar a conocer diferentes comunidades que son pequeñas, pero que hacen parte de la riqueza lingüística y cultural del mundo.

No obstante, varios de los estudios presentados aquí parecen estar en la misma línea clásica de muchos estudios sobre lenguas y comunidades indígenas. Por un lado, parecen seguir una perspectiva vertical en la que el investigador se encuentra arriba y desde allá observa y analiza las comunidades que están abajo. Por otro lado, y quizás por esto mismo, muchas investigaciones parecen no aportar realmente a la pervivencia de las lenguas. Se puede decir que desde la misma llegada de los europeos al continente americano, principalmente en el siglo XVI, se vienen estudiando las lenguas indígenas (Durston 2013); sin embargo, estas lenguas siguen desapareciendo –en Latinoamérica, el 38.4% de las lenguas indígenas están hoy en riesgo de desaparecer (FILAC 2024). Si bien, la investigación en lingüística descriptiva o comparativa puede ser importante para entender y conservar un registro de estas lenguas –o incluso para visibilizarlas–, sería importante complementar esto con prácticas que hagan unos aportes más concretos para la pervivencia de las lenguas y comunidades estudiadas. En varios contextos, se ha entendido que este tipo de investigaciones deben hacerse con una participación más activa y visible, en todos los sentidos posibles, de las mismas comunidades indígenas (ver, por ejemplo, Instituto Caro y Cuervo 2025). En esta “descolonización de la investigación”, es vital también el reconocimiento de las cosmovisiones de estas comunidades, de sus epistemologías y de sus prácticas (Rocha-Buelvas & Ruíz-Lurduy 2018), y la articulación de esto, en el plano más horizontal posible, con las dinámicas occidentales.   

 

Referencias bibliográficas

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Castro, Carol; Éthier, Benoît. 2022. Factores de protección identitarias y culturales en las familias indígenas: Elementos comparativos entre la cultura algonquina (Canadá) y mapuche (Chile). Escenarios 35 (9).

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Durston, Alan. 2013. Las lenguas indígenas y la historiografía de América Latina. allpanchis 45 (81): 437-468.

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García León, Javier Enrique. 2014. Una visión global de las lenguas criollas: perspectivas y retos de la criollística. Folios (39): 51-64.

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MacMillan, Neale. 1993. Camino del conocimiento de los Cree a los Mapuche. CIID informa, v. 21, no. 1.

Maldonado-Torres, Nelson. 2007. On the coloniality of being: Contributions to the development of a concept. Cultural studies 21 (2-3): 240-270.

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Restrepo, Eduardo; Rojas, Axel. 2010. Inflexión decolonial: fuentes, conceptos y cuestionamientos. Editorial Universidad del Cauca.

Rodríguez Reyes, Abdiel. 2016. El Giro Decolonial en el Siglo XXI. Ensayos Pedagógicos XI (1): 133-158.

Rocha-Buelvas, Anderson; Ruíz-Lurduy, Rodrigo. 2018. Agendas de investigación indígena y decolonialidad. Izquierdas (41): 184-197. 

Notas

1. La “evidencialidad” (“evidentiality”) tiene que ver, según Danae Maria Perez, con formas lingüísticas que se ven en la lengua aimara y que indican o dan “evidencia” de lo que se dice o se sabe sobre algo.  

2. Hablamos de “brasilero” o “brasilera” y no de “brasileño” o “brasileña” en esta reseña pues son los gentilicios o adjetivos más usados en Colombia para referirse a lo que tiene que ver con Brasil.

3. Nuestra traducción: “La definición de ‘lengua criolla’ puede ser entendida aquí como una lengua con léxico del inglés que es tipológicamente distante del inglés estándar, al punto de justificar su descripción como una lengua por sí misma”.

4. Nuestra traducción: “[…] el activismo postcolonial puede reproducir el lenguaje colonial sobre las lenguas que las considera como entidades que están atadas sin ambigüedad a un grupo étnico/nacional”.

5. Schneider considera que esto se puede ver afectado por los “activistas de la lengua” quienes quieren que su lengua criolla se formalice hasta en la parte escrita.

6. Nuestra traducción: “[…] ideologías coloniales de la lengua relacionadas con normativas fijas de las lenguas de poder siguen funcionando, pero viven en redes múltiples de ideologías parcialmente paradójicas que interactúan”.



Fecha de publicación en Infoling:2025-05-03
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