Congreso, coloquio o simposio
Como se ha señalado en diversos estudios, no es fácil aproximarse a la lengua ni a los fenómenos en todos los niveles que ocurren en ella cuando la distancia temporal es corta. En su trabajo de 1963, Lapesa señalaba la dificultad “de escribir sobre los cambios lingüísticos que han acontecido o están aconteciendo a lo largo de nuestro decurso vital”. (1996: 397) A esa falta de distanciamiento a la que aludía Lapesa, suma Narbona (2004) otras dificultades añadidas para el estudio del cambio lingüístico en el siglo XX. Estas tienen que ver con la naturaleza de la propia disciplina que debe encargarse de esta tarea, pues para el lingüista, “la variación diacrónica resulta insuficiente si se deja al margen de las variaciones diacrónicas que la cruzan” (2004: 1012), sean estas geográficas, sociales o de cualquier otro tipo. En realidad, ambos están apelando a la complejidad del siglo XX, a las enormes transformaciones en todos los aspectos -sociales, políticos, económicos - que se han sucedido y a la dificultad que, en consecuencia, supone estudiar la lengua en tensión constante cambio/permanencia en el corto plazo, que es lo que parece caracterizar al siglo pasado y, desde luego, al que le sigue. Y también se refieren a otra dificultad que podría resultar contradictoria y es el hecho de que nunca ha habido tantos hablantes, nunca tantos testimonios, tanta variedad discursiva, tantos medios de difusión, tanta participación en el discurso, en definitiva, tanta documentación como en todo el siglo XX y en lo que va de siglo XXI. En nuestra opinión, esta posibilidad de tener acceso a “toda” la lengua y de poder observar los fenómenos lingüísticos de cambio en su proceso convierten, -a pesar de las dificultades metodológicas-, el abordaje del “siglo XX como diacronía” (Cano Aguilar, 1988) en un espacio de investigación del máximo interés, en “un espacio de cambio lingüístico que reclama un estudio diacrónico” (Pons Bordería 2014: 1000).
En efecto, la historicidad de la lengua (Coseriu, 1999; Oesterreicher, 1997; Kabatek, 2007) y los procesos de cambio que lleva consigo parecen manifestarse de manera particularmente acelerada desde los primeros años del siglo -incluso desde finales del XIX-. Así lo consideran, por ejemplo, Melis, Flores y Bogard (2003) que proponen el siglo XIX como un tercer periodo evolutivo de la lengua española a partir del estudio de tres fenómenos gramaticales: la consolidación del verbo gustar como núcleo léxico de la estructura CI experimentante - V- S estímulo; el camino que lleva a adquirir valor de futuro a la perífrasis ir a + infinitivo y la construcción duplicada del CI. Los trabajos a los que hacíamos alusión al principio ya señalaban algunos fenómenos de la lengua que podían considerarse propios del siglo XX como el uso impersonal de la segunda persona, el infinitivo con valor imperativo, el retroceso del subjuntivo, el uso generalizado del futuro de seguridad y del condicional de rumor (propios de los medios de comunicación), la vacilación deber (de) + infinitivo, el empleo cada vez mayor del gerundio, la extensión del artículo indeterminado, las vacilaciones en el uso de la pasiva perifrástica y la pasiva refleja, las trasgresiones en la consecutio temporum, la preferencia por determinadas estructuras argumentales, etc. Otros estudios han puesto el foco en los procesos de gramaticalización de largo recorrido que llegan hasta el siglo XX (Zamorano Aguilar, 2013; Girón Alconchel y Sáez Rivera, 2014;); en los marcadores discursivos (Garcés, 2013; Borreguero Zuloaga, 2019).Y también se han abierto nuevas perspectivas de investigación, como la pragmática histórica (Ridruejo Alonso, 2004; Iglesias Recuero, 2020a; Albitre Lamata, 2021), la sociolingüística histórica (Gimeno, 1983; Procar, M. M., Velando, C. M., & Vellón, L. J., 2019) o la sociopragmática histórica (Iglesias Recuero, 2020b) interesadas en procesos de cambio que llegan hasta el siglo XX.
Pues bien, muchos de estos fenómenos léxicos, gramaticales y sintácticos han sido difundidos, creados o consolidados en los medios de comunicación de masas que, precisamente en el periodo que abarca desde finales del siglo XIX hasta la actualidad han emergido como instrumentos sociocomunicativos sin los cuales es imposible entender la historia social, política y lingüística de esta etapa (van Dijk, 1990; Garrido, 1996; Hernández-Santaolalla, 2018; Carriscondo, 2014). En efecto, los medios de comunicación son testimonios vivos de la lengua en acción, difusores de los procesos del idioma, espacios de creación léxica y de innovación morfológica y sintáctica, testigos, en definitiva, de lo que está pasando en el idioma en un determinado momento (Urrutia Cárdenas, 2001; Hernández, 2004). Son un testimonio de primera mano para poder estudiar las dimensiones del cambio lingüístico durante el siglo XX. El objetivo de la sesión es mostrar el discurso en medios de comunicación como un espacio para observar, analizar y constatar los cambios en el español desde el siglo XX hasta nuestros días en términos de:
- Recurrencia de determinados fenómenos: léxicos - neología, anglicismo, galicismo, tecnicismo, lengua de la ciencia, vulgarismos, fraseología, etc.-; gramaticales –construcciones sintácticas, uso de preposiciones, tiempos verbales, nominalizaciones, etc.; pragmáticos -marcadores del discurso, cortesía, metáforas, modalización- etc.-; ortográficos, estilísticos.
- Construcción de los géneros del discurso periodístico y recursos caracterizadores: autoridad epistémica, evidencialidad, estrategias de interacción con los lectores, oralización, formas de dialogicidad, tipos de polifonía, estrategias argumentativas, uso de recursos retóricos, etc.
- Percepción de la lengua e imaginarios lingüísticos, particularmente, aunque no solo, en textos metalingüísticos de los medios de comunicación: unidad del idioma, purismo, corrección, lenguas en contacto, dialecto, acentos, español de América, etc., con especial atención también a las implicaciones glotopolíticas
La relativa facilidad con la que es posible acceder a la prensa -a través de las páginas web de los principales periódicos, de los corpus académicos (CORDE, CREA, CORPES XXI), de la Hemeroteca digital, de la Biblioteca virtual de la prensa histórica, de Lengua y prensa, METAPRES, entre otros- facilitan la construcción de subcorpus diacrónicos con suficientes ocurrencias sobre cualquiera de los aspectos que se quiera investigar. Son bienvenidos los estudios contrastivos que muestren el cambio en términos de variación y de pluricentrismo normativo (Greußlich, S., 2015), seña de identidad sin la cual la caracterización del español actual resulta incompleta.
En definitiva, la sesión monográfica busca aportar investigación y metodología para el estudio de la conformación del español en el último siglo a través de su reflejo en el discurso de los medios de comunicación.
Ángeles Carrasco Gutiérrez, UCLM
Universidad de Alicante
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